jueves, 10 de junio de 2010

La bancarota de Cataluña

Nadie habla de ello y la noticia salió como si fuera el resultado de un encuentro entre dos partidos de fútbol de tercera regional. Cataluña no consiguió colocar su deuda y ha retrasado el pago el los servicios sanitarios 30 días. A esto lo han llamado: trasitoria tensión de caja. Busco por internet y realmente cuesta encontrar información sobre este asunto.

No me sorprende demasiado porque los medios de desinformación general gastan sus fuerzas en hablar del Estatuto de Autonomía, de las consultas independentistas y normalmente todo lo vuelcan en dar ha entender lo bien que le iría a Cataluña sin España. Eso mimos es lo que pregonaban los independentistas cubanos y filipinos. El resultado de tan ilustrísimas mentes pensantes está a la vista de todos.

Objetivamente Cataluña tiene todos los números para acabar siendo una nueva Cuba. Tiene una clase dirigente realmente mafiosa cuyo único mérito consiste en robar y prevaricar en un oasis cerrado donde poco se mueve o sucede sin que ellos lo toleren. Tiene unos medios de desinformación totalmente entregados y dependientes de esta mafia bien organizada y mantenida por el propio aparato público autonómico. Tiene una clase social de nuevos ricos con mentalidad burguesa, muy cerrados en sus propias neuras nacionalistas, que se piensan que Cataluña podría competir con la quinta flota norteamericana, con Alemania, Francia, Italia e incluso Japón, y en este tipo de delirio, casi equivalente al de Zapatero y su "vamos ha superar a Francia y alcanzar a Alemania", que parece muy extendido por la piel de toro y se personifica en unos papanatas supuestamente bien formados físicamente pero con el cerebro algo reblandecido por sus propios delirios de grandeza, es donde más crece la desafección hacia España.

¿Pero es todo este delirio real, hay algo de cierto, es Cataluña tan importante y fuerte como la ven los independentistas?

Para empezar, digamos que una Cataluña independiente tendría la mitad de habitantes que Grecia. Grecia, ese país que la CEE podía permitirse dejar naufragar pero que por una cuestión de prestigio del euro, y porque Alemania y Francia eran los principales perjudicados, no se dejó naufragar.

Ante esta debilidad poblacional y territorial, los independentistas cierran los ojos y se imaginan los llamados países catalanes. Que es algo tan ridículo como cerrar los ojos e imaginarse los países españoles. Pero bueno, ellos son felices con estas tonterías.

Siguiendo con el caso, la calificación de deuda catalana es la peor de todas las CC.AA españolas. Cataluña no ha conseguido colocar su última emisión de deuda, necesaria para pagar la factura sanitaria, creo que la pagaban en junio, y la consecuencia ha sido retrasar el pago 30 días.

A todo esto hay que puntualizar que Cataluña tiene un déficit de financiación pública, dicen, de unos 11.000 millones de euros anuales. Esto es así a pesar de que los impuestos locales en Cataluña son de los más elevados de España.

Alguien pensará que con este déficit las administraciones catalanas hacen todo lo posible por gastar lo mínimo de lo mínimo. Pues va a ser que no. El sueldo de los políticos catalanes es el doble que el de los políticos del resto de España. También los servicios públicos catalanes resultan más caros que en el resto de España, y un policía autonómico catalán cobra como media unos 600 euros más al mes que un policía de los cuerpos de seguridad del estado.

Así tenemos dos cosas: una clase política muy bien pagada y unos funcionarios muy bien pagados. La única solución de la administración catalana ante este dilema ha sido recurrir a empresas externas, es decir: privatizar la función pública. El resultado es que Cataluña es una de las comunidades con menos funcionarios. Por contra, privatizar la función pública tiene un inconveniente para los ciudadanos, y una gran ventaja para los politicos, la auditoria de cuentas no puede auditar a una empresa privada. El resultado es que posiblemente esta privatización sólo beneficia a una clase politica que puede colocar a los suyos, cobrar comisiones y formar sus propias empresas que acabarán contratadas por las distintas administraciones. Así que de ahorro y control del gasto público, nada de nada.

Con este bonito tinglado político montado, ¿le puede preocupar a la administración catalana llegar a la banca rota? Pues, francamente, la respuesta es no.

No les molesta llegar a la banca rota porque papa estado español tendrá que hacerse cargo de la deuda catalana. Actualmente la deuda de Cataluña es la más alta per cápita de toda España, y siguiendo la proporción de los sueldos de su clase política, es casi el doble de la media española.

¿Le gustará al resto de los españoles tener que pagar los platos rotos de esta clase política inepta, parasitaria, mafiosa y desafecta? Poco importa si les gusta o no les gusta. Para eso está el chantaje de: "pues mira que estoy aquí porque no me dejas se independiente, que si no,se iban a enterar los Alemanes".

Pero bueno, tampoco hay que tomárselo muy a mal porque esta piel de toro, si de algo ha estado históricamente bien sobrada, es de papanatas. Un papanatismo congénito que exportamos al exterior con el resultado de unas repúblicas bananeras, repletas de recursos naturales, donde la gente vive miserablemente, en auténtica miseria, pero con un nacionalismo delirante, y donde todo se decide a miles de kilómetros de distancia y en inglés. Nada de lo que está pasando es nuevo. Simplemente, es.

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