lunes, 1 de noviembre de 2010

Entevista a Mariano Rajoy.

Leo una entrevista a Mariano Rajoy, líder de la oposición, presunto candidato a Presidente del Gobierno de España.

En su discurso, flota como hilo conductor un esquema muy característico de Rajoy.

“ No he entrado en el detalle...”
“ Yo creo que aquí...”
“ Yo creo...”
“ Creo que...”
“ El Plan no existe”... refiriéndose a un plan económico.
“ Y yo le digo una cosa con absoluta franqueza...”. Esto denota que no siempre hablas con franqueza. Es una pésima frase.
“ Yo no tengo ningún plan oculto”. Nota: antes ya dijo que no existía ningún plan.
“ Yo creo que...”.
“ Sí, yo creo que...”
“ Pues mire...”.
“ Mire, las cosas no se pueden hacer así”.

La entrevista sigue, pero la lista se repite, aburrida.

Si yo fuera un potentado que tuviera que poner cientos de miles de millones de euros en manos de una persona y su equipo gestor, no me cabe la menor duda de que jamás las pondría en manos de alguien que cada minuto suelta un: “yo creo”. Mi respuesta sería: “gracias por venir, ya le llamaremos, o ya nos encontraremos en misa”. Nota: yo no voy a misa.

Las creencias están muy bien para la vida privada, las iglesias y las romerías, pero ningún proyecto serio, ni de ingeniería, ni de arquitectura, ni eléctrico, ni de una granja de cerdos, se lleva a cabo en base a... “mire, yo creo que...”, “mire, yo le digo que...”, “mire, francamente yo opino que...”. Nadie arriesgará millones de euros en un edificio cuyo arquitecto diga: “yo creo que... “.

Esta forma de ser, de no definir absolutamente nada de nada, de querer pescar sin mojarse el culo, es la explicación de que en un país con casi 5 millones de parados, infinidad de desastres y mentiras del gobierno actual, incluido el desprestigio de todas las instituciones, el líder de la oposición suspenda ante la opinion pública y su partido roce, sólo roce, la mayoría absoluta en las encuestas.

Y es que frente al “creísmo” y la no “programación”, y las no propuestas del PP, y es evidente, el no ocultamiento de los planes por parte del PP, pues si careces de planes, mal los vas a ocultar, tenemos todo lo contrario.

El PSOE si por algo se caracteriza es por sus grandes mentiras. Sus promesas durante estas décadas han sido prometer cosas claras y sin paliativos: 800.000 puestos de trabajo, 300.000 viviendas de protección oficial, no entrar en la OTAN (OTAN, de entrada no), etc., etc. Esto fue con Felipe González. Con Zapatero prometieron: el pleno empleo, políticas sociales, superar a Francia en renta per cápita, etc., etc. Nada de: “mire, pues yo creo que..”.

Las mentiras socialistas, aunque sean palpables, manifiestas, y nada creíbles, se realizan sin complejos. Es un mensaje claro y apto para tontos. No hay fisuras ni dudas. Y cuanto más grande es la mentira, más grandes son los resultados.

Es la cosa de la supuesta izquierda: promete lo que sabe que nunca podrá cumplir y hay gente que les vota. La gente quiere seguridad. Quiere certezas. No quiere creencias o frases que dan a entender que no existen soluciones fáciles. Y mucho menos que les digan que ni tan siguiera se tiene un plan para solucionar sus problemas.

En lo que a mi respecta, está claro que despediré al director que me ha llevado la empresa al desastre, pero jamás, jamás de los jamases, contrataré a alguien que me suelte: “mire, yo creo que...”.

A creer se va a la iglesia. Al trabajo se va con datos, un equipo de profesionales, números, programas, simulaciones de posibles escenarios y buenas presentaciones en tres dimensiones para que nos entiendan las posibles jugadas.

Marianico Rajoy... Ya te llamaremos.

1 comentario:

  1. Es lo que tiene la linea light,baja en calorías y sin azúcar que Arriola impuso en el PP como solución mágica para ganar elecciones: que no deja huella, que se trata de no hacer ruido y dejar que Zapatero caiga como fruta madura en el cesto.
    Ni explican, ni entusiasman, ni hay un liderazgo real ni ilusionante.

    ResponderEliminar