lunes, 15 de noviembre de 2010

La deuda internacional.

De entrada se nos suele decir que los bancos centrales están luchando contra la crisis, el incremento de la deuda y todo este tipo de cosas.

¿Qué es la deuda pública?

Aunque parezca mentira, la deuda pública es el resultado del interés que pagan los Estados que se autodenominan soberanos, a los bancos privados.

Todo comenzó con el Banco de Inglaterra, un banco privado que prestaba dinero a la Corona Británica y así hemos llegado hasta nuestros días donde la Reserva Federal, por la Ley de la propia Reserva Federal, un grupo de bancos llamados públicos (esto es para confundir al populacho porque son bancos privados), es la que controla la emisión de moneda, y por lo tanto la economía, de los Estados Unidos de América.

Para comerciar, para poder vender las mercancías, debe existir una conversión de la moneda. Si no posees una conversión de la moneda, tu comercio queda, como le pasa a Cuba, o le pasaba a la España de Franco antes de lanzarse a los brazos de los Estados Unidos, exclusivamente comprometido a trueques de mercancías.

Para poder comerciar se debe aceptar la Ley de la Banca Internacional. Hoy en día estos bancos son el Banco Internacional de Comercio, el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal Norteamericana, el Banco Central Europeo y el Banco de Asia.

En Estados Unidos, todos los ingresos recibidos por el estado en concepto del Impuesto sobre la Renta (Impuesto sobre el Ingreso), está dedicado a pagar los intereses de la deuda pública norteamericana. En Reino Unido ya ocurre exactamente lo mismo y el resto de los países van por el mismo camino.

El problema de este ingente negocio especulativo donde la banca escurre los bolsillos de los ciudadanos, es que funciona tan extremadamente bien que crea inexorablemente ruína, miseria, pobreza y banca rota.

Una solución para salir de esta espiral es declararse en quiebra y renegociar la deuda. Pero el resultado suele ser un castigo de "los mercados". Es lógico porque de lo contrario existiría el peligro de que algún político loco cuestionara el sistema bancario. Ellos lo llaman, "pérdida de confianza". En la práctica se traduce en el castigo financiero, vía comercio, recordemos que las monedas deben ser convertibles, la estrangulación de la economía de ese país y en la creación de una nueva deuda. ¿Para qué tanta inquina? Lo que se persigue es conseguir renegociar la deuda vieja y la nueva a costa de los recursos naturales, mineros, foretales, pesqueros, etc., etc., de ese país, que pasan a manos de corporaciones privadas propiedad de la banca internacional.

¿Es esto casual? ¿Son buenos los mercados? ¿Buscan los mercados el bien de la humanidad? ¿Están preocupados por la miseria, la hambruna?

Primero: no es casual. Unas pocas familias y unos pocos señores directores de los bancos internacionales al servicio de estas familias, dominan las finanzas del planeta.

Segundo: los mercados sólo buscan el mejor resultado, el mejor dividendo, la mayor rentabilidad y el resto no cuenta absolutamente para nada de nada, la felicidad humana, la vida humana, o que una parte de la humanidad desaparezca físicamente por no ser ya una mercancia, por carecer de valor para el sistema, les importa un comino.

La conclusión es que la propaganda institucional que nos dice que los mercados buscan un equilibrio, que hay que salvar a la banca, que los mercados deben autoregularse... es una gran mentira y una gran tomadura de pelo de los medios de desinformación y los politicos, por otro lado normal, porque todos trabajan para el mismo amo: el gran capital.

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