sábado, 8 de enero de 2011

El pitillo de la libertad.

En Estados Unidos tienen la estatua de la Libertad allí plantada, toda orgullosa, con su antocha de luz iluminando al Mundo, con sus leyes que representan la libertad inalienable del ser humano, nacido libre y con derechos naturales que se han de respetar.

En España, vamos camino de construir una estatua que en vez de antorcha lucirá un pitillo y en vez de leyes, soltará una arcada de humo negro. La niebla a su alrededor será tan espesa, y el tufo a tabaco negro tan intenso, que los visitantes quedarán, a parte de asombrados, mareados por tan magnífico espectáculo que no olvidarán en mucho tiempo, porque a la fuerza las ropas les han de quedar impregnadas durante meses con el olor a la hispánica libertad.

Y es que sucede últimamente que los mismos que se santiguan y hacen cruces ante las intenciones de los independentistas y nacionalistas catalanes y vascos, tan dados ellos a llamar a la desobediencia civil, de no acatar las sentencias judiciales, han visto por fin la luz, o mejor dicho, la brasa del pitillo entre la bruma, y ahora llaman, sin tapujos, a la defensa de la libertad, a la insumisión civil, a la lucha de los valores más elementales que pueda tener un ser humano mínimamente decente: fumar y echar en cara ajena el humo de su cigarrillo.

Fundamentan sus derechos en la defensa de la propiedad privada y en el derecho a decidir del dueño de un bar o restaurante, si en su establecimiento se fuma o no se fuma. Digamos que para estos defensores de la libertad, los pulmones de los trabajadores entran dentro de la propiedad privada del empresario, o en todo caso, como sobran los puestos de trabajo, al que no le guste, que cambie de empleo, que seguro encuentra otro rápidamente.

Es la libertad "made in spain".

El caso es que legalmente la Ley es un poco chapucera.

Lo es porque es "la continuación" de una Ley anterior antitabaco que establecía unas normas que ahora representan una sanción para aquellos que hicieron caso de aquella Ley y se gastaron un dinero en adecuar sus establecimientos para fumadores.

También es chapucera al reducir, y mucho, las posibilidades reales de los "clubs de fumadores".

Es también chapucera porque han perdido la ocasión de establecer un carnet de fumador.

Bajo mi punto de vista, la Ley debería haber permitido que los clubs de fumadores fueran negocios normales, eso sí, de autoservicio, con una zona de barra bien diferenciada de la zona de socios fumadores. Esto es necesario para proteger la salud en el trabajo de los currantes. De todas formas, ya existen en la actualidad negocios de hostelería con autoservicio por parte de los clientes. A estos clubs podría acudir cualquier persona mayor de edad con carnet de fumador, un carnet que sería el mismo para toda España. De esta forma se tendría un censo de fumadores. También, de esta forma se podría hacer pagar a las personas fumadoras parte de los costes sanitarios que produzca su adicción. Aunque esto último quizás no sería del todo justo porque los fumadores viven menos tiempo, con lo cual cobran menos años de pensión. Un ahorro para el Estado. Lo que sí es evidente, es que tener censados a todos los fumadores, permitiría realizar una buena estadística de la verdadera incidencia que tiene el tabaco sobre la salud y la esperanza de vida de los fumadores.

Y en fin... a ver que carita le ponemos a la estatua de la Libertad Hispánica. Yo apostaría que o bien será la cara de Belen Esteban, o la de Carmen de Mairena. Para el cuerpo, podemos aprovechar el cuerpo de un Toro de Osborne.

4 comentarios:

  1. Como le ha dicho Sempietnos, el pilar sobre el que se basa las democracias occidentales, el capitalismo, es la propiedad privada.
    El derecho de la propiedad es un fenómeno tan antiguo como la mismísima humanidad. La relación entre propietario y bien surgió de forma natural en los albores de la historia. Es tal la importancia que adquirió desde sus orígenes que aparece protegida en los primeros códigos legales de los que tenemos conocimiento.

    Como afirmaba León XIII en la encíclica Rerum Novarum, "poseer bienes en privado, [...] es derecho natural del hombre, y usar de este derecho, sobre todo en la sociedad de la vida, no sólo es lícito, sino incluso necesario en absoluto". La necesidad de este derecho es tal que sin éste, por ejemplo, no sería posible calcular ningún coste, ni la retribución que se le ha de pagar a una persona para desempeñar su trabajo. El desarrollo que ha experimentado el ser humano sería impensable si este derecho no existiese, y es que el ahorro es imposible sin propiedad.

    No obstante, si existe un derecho que suele ser continuamente atacado y despreciado es éste.

    Con respecto al tema de la preponderancia de la ley , la pregunta es simple:¿Qué actitud debemos asumir, en conciencia, en presencia de una ley manifiestamente abusiva e injusta?.

    Me parece que la única actitud que corresponde será la Desobediencia Civil; en otros términos, el rechazo de la ley y el negarse a cumplir las prestaciones que ella pretende imponer.

    La ley y la justicia no necesariamente caminan juntas —es totalmente cierta la posibilidad de una ley injusta: la desaparición de razas inferiores puede estar contenida en una ley y, por eso, ser perfectamente legal. No justa, pero sí legal.

    La forma de distinguir a una ley justa de una que no lo es, es examinar la hipótesis de la que parte y contrastarla con un criterio externo a ella.

    M. Luther King lo expresó bien al decir que “una ley justa es un mandato creado por el hombre y que se ajusta a la ley moral o a la ley de Dios”. Si no se ajusta, es una ley injusta.

    Creo que la cuestión es clara —una ley, cualquiera que sea, emitida por una autoridad, no tiene en sí misma la cualidad de ser justa o moral. Esa cualidad se la da su concordancia con algo externo a la ley, algo que la valide, que la legitime como justa y moral. El problema es encontrar qué es eso externo a la ley y con lo que debe cumplir para que sea una buena ley y no una injusta.

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  2. (sigo...)

    Si no existe ese criterio externo que valide a la ley, cualquier mandato gubernamental tendría legitimidad. Toda ley, la que sea, sería legítima y nada podría argumentarse para no ser cumplida. Sin ese criterio externo, desaparecería la noción de ley injusta y aparecerían males sin fin.

    ¿Cuál es ese criterio externo que podría calificar a una ley de justa o de injusta? Lo dicho por M. Luther King da una pista de solución, una ley moral superior, algo supralegal, más allá de la ley y que establece lo que es bueno y lo que es malo de manera objetiva y universal.

    Afortunadamente sí existe ese criterio que está más allá de la ley y que no está sujeto a votos parlamentarios —no puede cambiarse, aunque su aplicación legal puede diferir en detalles y circunstancias. Se le llama Derecho Natural y está sustentado en ideas sobre la naturaleza de la persona humana.

    Coda:

    Ya que le ha mencionado a sempietnos los juicios de Nuremberg le aclaro un dato fundamental:En los juicios de Nuremberg, parte de la defensa de los acusados se fundó en que sus actos eran legales, ajustados a las leyes vigentes en ese tiempo en Alemania. El tribunal rechazó tal defensa basado en la existencia de un principio superior natural, el valor de la vida humana y la libertad, contra el que ninguna ley puede ir.

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  3. Natalia: la democracia no se basa en el derecho a la propiedad privada. Esa afirmación de: "el pilar sobre el que se basa las democracias occidentales, el capitalismo, es la propiedad privada.", es falsa de principio a fin. Que alguien la quiere como cierta, o verdadera, será a su criterio, pero es completamente un principio alegal y que atenta sobre los principios fundamentales de la persona humana.

    La democracia se fundamenta en los principios naturales del hombre, unos principios que le son intrínsecos y que como tales existen independientemente de que sean reconocidos o no por la Ley. Con esa premisa, lo que intenta la democracia es hacer valer esos principios, esas libertades, básicas, que para la vida en sociedad son enmarcadas dentro de unos límites colectivos, porque de lo contrario, estaríamos ante el libertinaje.

    Como los primeros demócratas occidentales venían de una etapa histórica en la que las propiedades, las personas eran una propiedad más, pertenecían a la nobleza o a la corona, se nombraba mucho el derecho a la propiedad privada. Pero ese derecho no es la base de la democracia occidental. Quien crea eso, es un completo ignorante.

    En democracia, la principal posesión, es uno mismo, pues el ciudadano se declara libre, se declara no propiedad de nadie, libre de vivir y luchar por la defensa de su libertad y su derecho a ser libre. Digamos que quienes tendrían la propiedad privada como sagrada y nacida del derecho divino, serían la nobleza y la realeza, pues la vida de las personas nacidas bajo los territorios de su propiedad estaban sujetas a su Ley y la Ley permitía privarlas de la vida por cosas nimias, o incluso caprichosas. Las personas, eran una propiedad sujetas al derecho de la nobleza y el Rey, para hacer con ellas lo que quisieran, o consideraran justo.

    Pero recordemos que en democracia también existió la esclavitud y que el esclavo era una propiedad privada más. Y que precisamente lo que hace grande la democracia es que en el reconocimiento de sus errores, por reconocer los principios humanos intrínsecos a todo ser humano, sin distinción de clase social, sexo, religión o raza, la esclavitud, la propiedad privada, su sagrada propiedad privada, fue abolida.

    Está muy bien eso de las citas: “una ley justa es un mandato creado por el hombre y que se ajusta a la ley moral o a la ley de Dios”.

    Exacto: una Ley que diga que se ha de matar a todos los nacidos en martes y trece, o que hay que esclavizar a los que no aprendan la tabla periódica de elementos, o que hay que pagar menos a los bajitos, o que los calvos han de pagar más impuestos, o que las mujeres han de bajar los ojos cuando les hable un hombre... todo eso, son leyes injustas y antinaturales. La usura, la explotación de la infancia, la explotación sexual, el trabajo esclavo, incluso siendo legales, serían dignos de ser violados por los sufridores y explotados que padezcan esos abusos legales, diga la Ley lo que diga y la defienda quien la defienda.

    Lo estrambótico, lo irracional, es querer equiparar derechos elementales, como el de la vida, la salud, la dignidad, etc., con el derecho a contaminar el aire fumando un cigarrillo. Por este mismo principio, sepa usted que la maría se vendía en los estancos durante la II República. Así que, si un señor lo quiere, ¿qué motivo hay para que en su bar no se fumen porros? ¿No es su propiedad privada, no es su bar, no es su derecho, no es su libertad? A fin de cuentas, el dueño no vende la maria, no trafica con drogas, que se fume, que el consumo no es ilegal. Que malo, que fascista fue Franco al ilegalizar la "maría".

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  4. Sobre los juicios de Nuremberg, parece que tenemos fuentes bien distintas. He dicho que se les acusó utilizando leyes alemanas que los nazis violentaron para crear sus propias leyes. Es evidente que los defensores considerarían esas leyes, nazis, como legales. El caso es que en su nacimiento, eran producto de un fraude de Ley. Ejemplo: muchas leyes españolas son "posiblemente", anticonstitucionales. Imaginemos que en virtud de un suceso político, fuera el propio gobierno el que creara nuevas leyes especiales que violentaran aún más, de forma extraordinaria, o anularan, la Constitución. Es evidente que si alguien pudiera juzgar eso, esas nuevas leyes serían ilegales.

    Que la defensa argumento que su defendido obedecia órdenes, que le ordenaron, que la Ley tal, o el Ministerio cual les obligó, o que no sabían nada de nada de lo que estaba pasando, está claro que fue así, pero el fondo del asunto estaba en el origen de haber violentado unas leyes de forma ilegal para crear otras con una base jurídica, nula.

    Es a raíz de los juicios de Nuremberg que la comunidad internacional, parte de ella, se da cuenta de que carece de un mecanismo legal para juzgar, legalmente, actos terribles que atentan contra los principios mas elementales de las personas. Será a raíz de todo esto que se intensificará una legislación internacional que a fin de cuentas, tampoco es para echar cohetes porque todos los paises violan la Ley. Los aliados también cometieron crímenes contra la humanidad, en Europa, en Filipinas, en Asia, en Japón...

    Pero primero fue el huevo, y despúes la gallina.

    Si se quiere entender, se entiende. Y si no se quiere entender, pues todos tan contentos y cada cual con su rollo.

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