viernes, 25 de febrero de 2011

Islamismo, catolicismo, judaismo e idiotismo.

El fluor destruye las células del cerebro causando retraso mental. Muchos de los comentarios que leo últimamente en los blogs y en los foros de internet sobre lo que está pasando en el mundo árabe, me lleva a la conclusión de que la exposición infantil al fluor ha sido un éxito planetario y el idiotismo será la nueva religión mundial del planeta.

No hace falta aclarar que nadie llamará a la nueva religión idiotismo, porque esto quedaría feo, sería como tener a poco valor la nueva fe mundial y algo nuevo de nombre sonoro, muy pomposo y sublime, se tendrá que inventar para nombrarla y alabarla en los sagrados altares. No seré yo quien les ayude con la idea del nombre de marras, de esta nueva religión, puesto que para mi siempre ha de ser y será llamada, idiotismo: la religión de los idiotas.

El idiotismo, como tal, será un sincretismo de las tres grandes religiones monoteistas. Cada una de ellas en su momento supuso un sincretismo de creencias anteriores, asi que se va cumpliendo aquello que dice el refrán de, "de casta le viene al galgo".

Como digna hija de sus padres, el idiotismo está basado por entero en mentiras, buenos propósitos y peores acciones. Esta es una característica básica de cualquier religión o credo político que se precie: pregonar buenos propósitos que serán traicionados por completo.

El principal de los propósitos del idiotismo es el de la democracia y la libertad.

El asunto es que la democracia como tal, en su sentido más literal, sustancial y verídico, no existe en ningún país del planeta.

Votar cada cierto tiempo para elegir entre una pandilla de delincuentes compinchados entre si, a unos "representantes", no es en su sentido más literal, sustancial y verídico, algo que pueda llamarse democracia.

El siguiente axioma del idiotismo, el de la libertad, tampoco existe en ningún país del planeta.

Una buena definición de libertad: "libertad es aquello que se hace sin dañar ni perjudicar la libertad de los otros".

El caso es que las únicas y pocas personas libres del planeta, la familia Rothschild, ejercen más su libertad pisoteando y truncando la libertad, y la vida, de los otros, que respetándola, que también aquí se le puede aplicar al caso lo de: "de tal palo, tal astilla".

Con tan falaces y endebles cimientos, el idiotismo sólo podrá sustentarse mediante la teología y la fe de los idiotas.

La teología de los idiotas defiende la libertad sobre todas las demás cosas, y asi, aunque el sentido común mueva a pensar que un embozado no debería poder ir por la calle o entrar en un lugar público, la teología de los idiotas nos dirá que eso de ir embozado de la cabeza a la planta de los pies o incluso más abajo, es libertad. Y si el embozado es sólo mujer, cosa esta difícil de descifrar o descubrir, la teología de los idiotas nos dirá que eso también es libertad, que no hay discriminación en ello, pues ocurre justo lo contrario,que el ir más tapado que una momia y más ridículo que un burro en traje de faralaes, en la mujer demuestra que es, de largo, mucho más libre y decidida que un hombre.

La teología de los idiotas también nos dice que los padres son muy dueños de inculcar sus propias creencias a sus hijos, y a este derecho lo llaman, como no podía ser de otra manera, libertad.

El derecho de los niños a ser enseñados a pensar con racionalidad, con lógica, con sentido común, con ética, con argumentos, con humanitaria imparcialidad, sucumbe ante la sagrada libertad de los padres para tratar de convertirlos en clones de sus propias creencias, incuestionables, indiscutibles, irrenunciables, y tan irracionales, que sólo la fe en que sus hijos sean tan idiotas como ellos mismos, como sus antepasados y como los antepasados de sus antepasados, hasta como poco la llegada de Mahoma, sumado a la pena de excomunión, herejía, infierno, suplicio, castigo o incluso muerte, sustentan la sagrada libertad de los señores idiotas a propagar su sacrosanta e incuestionable idiotez.

Con semejantes simientes, la libertad de los idiotas consiste en la libertad de aquellos que sustentan una fe ciega en algo, preferentemente en unos inalterables escritos sagrados que en el ejercicio de su libertad, libremente han de ser respetados, idolatrados, propagados, reproducidos, inculcados y muy resueltamente, hacerlos, pero muy libremente, respetar por los muy libres idiotas.

En una sacrosanta democracia de idiotas dispuestos a ejercer su libertad para lucirse como tales, la idiotez será Ley, el sin sentido razón, la opresión libertad y la más oscura intolerancia, cultura.

Antes de seguir cepillándose cada día los dientes, lean la cantidad de fluor que la industria puso en el dentrífico. Antes de beber agua embotellada, lean la cantidad de fluor que la industria puso en el agua. Si tiene en casa matarrtas, lea la cantidad de fluor que la industria puso en el producto. Y si quieren, moléstense en leer alguna información sobre los efectos del fluor en los organismos vivos.


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