viernes, 18 de marzo de 2011

Libia y el buenismo internacional.

Hay gente tan buena que se empalma y tiene orgasmos pensando en intervenciones humanitarias. Estos buenos samaritanos mojaron las sábanas en su día cuando los norteamericanos atacaron a los talibanes en Afganistán. Era la democracia. Aquellos miserables atrasados habían sido barridos por la civilización. Afganistán sería mucho mejor sin aquella gentuza.

Han pasado los años y los talibanes siguen en Afganistán, las madrasas islámicas son financiadas con dinero de Arabia Saudí y la Unión Europea, el comercio del opino sigue como siempre o incluso mejor, los camiones cargados de droga pasan ante los ojos de los "soldados de la libertad" de decenas de países sin que nadie mueva un sólo músculo, los señores de la guerra cobran por no atacar a las "tropas de la libertad" y las "tropas de la libertad", periódicamente se justifican sobre el terreno intentando controlar algunos cerros, bombardeando alguna aldea, por error, y negando la muerte primero, y más tarde pidiendo disculpas por la muerte, no deseada, claro, que somos los buenos, de decenas de civiles.

¿Irak? Parece claro que Irak está mucho peor hoy que cuando estaba gobernado por aquel despiadado Sadam Husseim. Algunos ingenuos pensaron que los norteamericanos podía ofrecer al pueblo iraquí aquello a lo que ni siquiera los norteamericanos tienen derecho en su país. En Irak la educación era gratuita, la sanidad también, las universidades accesibles... Nada de eso existe en Estados Unidos y nada de eso existe actualmente en Irak, un país destrozado, cosido a bombazos de grupos financiados por la CIA, incluso con bombazos de los propios servicios secretos británicos y norteamericano, todo para mantener a la población en permanente estado shock.

Algo parecido se podría decir de esos nuevos estados independientes nacidos tras la detrucción de Yugoslavia. Son simples estados mafiosos, goberandos por criminales, pero son "nuestros" queridos criminales, puestos allí por los USA y nadie se cuestiona como es que allí la gente vive mucho peor ahora que antes, en la supuesta libertad, con sus supuestos derechos y sus supuestas ventajas comerciales.

Ahora le ha tocado el turno a Libia. Los ingenuos del buenismo internacional, los tragaldabas de la trola democrática, de la filosofía wilsoniana de los Estados Unidos, no aprenden, no son capaces de ver la evidencia de que la CIA crea al enemigo, lo alimenta y una vez creado el problema, en el momento que ellos quieren, se presentan como la solución al problema que ellos crearon. Gadafi no es una excepción. Se podrían hacer grandes paralelismos entre Gadafi y Sadam Huseim. Ambos laicos probloque soviético, ambos enemigos de occidente, ambos reconvertidos en amigos de occidente y ambos marionetas dispuestas para ser fagocitadas en el momento necesario.

Los ilusos del buenismo internacional, devoradores de la propaganda yanki, nunca escarmientan.

Puede que llegue un día en que algunos despierten. No es casualidad que para los medios de desinformación norteamericanos ETA sea un movimiento independentista vasco. No es casualidad.

Lo gracioso de todo este asunto es que esta buena gente nunca es capaz de hacer una reflexión sobre este tipo de manipulaciones. Y algunos puede que no sean capaces porque en el fondo son conscientes de que cuando eres colaborados, ni que sea espiritual, de un crimen, tienes las manos manchadas de sangre. Eso, para los del buen rollo democrático internacional, es impensable.

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